Desde Desembarco del Rey, Aedin había tenido una epifanía mientras se disponía a llegar ante la cámara de su sobrino. Poco antes de llegar, un cuervo posado sobre el alfeizar de la ventana capto su atencion. El animal la miraba sin verla y ella se detuvo para observarlo. El pelaje negro azulado del pajaro se recortaba perfecto sobre un cielo gris tormentoso y todo a su alrededor parecio desvanecerse lentamente conforme ella comprendia lo que estaba pasando por alto. Se acerco al pajaro con pasos sigilosos para no espantarlo y estiro una mano hacia el para acariciar las suaves plumas de sus alas que descansaban a los costados. A su alrededor los guardias la observaban sin comprender, moviendose un poco inquietos, pero ella no les presto atencion mientras acariciaba con suavidad al animal y pensaba.
No fue muy consciente del tiempo que estuvo asi, solo supo que al vuelvo del pajaro ella parecio volver a tierra, sintiendose mas optimista. Giro hacia sus guardias y les pidio un poco de tiempo, alegando que habia olvidado algo en su habitacion. Otra de las recomendaciones, esta vez de su madre, fue llevar y tener siempre cerca a Edwing, como ella llamaba a su cuervo y, podia decirse, uno de los elementos de mayor confianza que tenia a la hora de enviar nuevas noticias. El animal habia sido entrenado profesionalmente, no solo como un medio de comunicacion sino tambien como un aliado indiscutible si ella se encontraba en peligro y bien...si bien no estaba en peligro,al menos no inmediato, esta era una situacion de lo mas pertinente. Una parte de ella se sentía terriblemente incomoda, nunca jamas fue en contra de las decisiones de su hermano, pero nunca se había visto en la obligación de tejer las redes para asegurar su propio destino. No era capricho, pero ya que tenia que casarse con alguien, y ahora le urgía para asegurarse que no fuera con quien no quería, podía tener lo que ella minimamente buscaba y su familia conseguiría entonces el apoyo incondicional de dicha casa. Rickard apelaba a que el y Brandon eran como hermanos, pero lo cierto es que habia un gran fallo en su discurso. Eran COMO hermanos, pero no lo eran, nada los unía mas que un sentimiento de amistad que nunca se sabia con que podía ser roto, el corazón y la mente humana eran un gran agujero negro donde todas las posibilidades cabían para ser tenidas en cuenta. Los ejércitos mas grandes del mundo habían caído por una mujer, que los hacia a Brandon y a Rickard inmunes a eso entonces?
Ellos necesitaban todo el poyo que pudieran conseguir del Norte, necesitaban un lazo fuerte, que no se pudiera deshacer tan fácilmente y ella necesitaba evitar una condenación de por vida...o por lo que le quedara de vida.. Y si su hermano queria una alianza con los Tyrell, bien podria el mismo desposar a una de sus doncellas...o Thomas.
Dedico una larga carta enumerando todos los motivos por los cuales el debía asegurarse el norte y sabia que debería estar de acuerdo. Puso en cada palabra especial cuidado y, aunque no le gustaba, por una vez apelo a su favoritismo por ella y el hecho de que siempre le daría pelea a Rickard. Releyó la carta un mínimo de treinta veces antes de doblarla pulcramente en un pergamino y sellarla con el emblema de la familia Baratheon.Entonces tomo con suavidad al animal entre sus anos y le hablo dulcemente.
Escucha...y escúchame bien. Estoy poniendo en ti gran parte de mi jugada, si?
Ato el pergamino a la pata del ave e inspiro profundamente. No sabia porque pero las lagrimas en sus ojos comenzaron a bajar a raudales. Si no estaba de acuerdo en unirla con un Stark, entonces bien...pero que no permitiera que la unieran con nadie. Y si de lazos se trataba que no se basaran en la lealtad de dos jóvenes amigos que tan cambiante podía ser como el cielo sobre sus cabezas.
Ahora, me escucharas bien, si? debes llevar esto directamente a Bastión de las tormentas, a la habitación de mi padre y el y solo EL debe recibir esta carta. Tendrás cientos de obstáculos desde que abandones esta torre hasta que llegues, debes hacer todo lo posible para sortearlos, no dejes que te capturen, NO LOS DEJES.
Con manos temblorosas acaricio el cuello del animal y beso su cabeza. Confío en ti, susurro sobre sus plumas y sonrió al imaginarse la cara de asco de su hermano si la vieran en ese momento. No me falles, se que no lo harás...se que no lo harás.
Con esto ultimo dejo al cuervo en libertad, quien se precipito en hábil vuelo al oscuro cielo. Ella lo siguió con la mirada mientras sentía su estomago retorcerse. Lo vio volar hasta hacerse un puntito y recién entonces, desaparecer.
Se permitió un rato en la oscura y mugrienta torre. Se permitió llorar en silencio, algo que nunca hacia. Se permitió por una vez imaginar que todo iba a estar bien porque en eso ella iba a poner todas sus jugadas. Una vez que tuvo su momento a solas para recuperar fuerzas y valor, comprobó su reflejo para asegurarse que ni un solo cabello estuviera fuera de lugar y ensayo una sonrisa a regañadientes. Respiro profundamente y salio nuevamente para visitar al maldito mocoso.
Mientras el mundo se disputaba un trono de hierro ella jugaba por su libertad, por su derecho a vivir y ser feliz. Jugaba por algo tan básico como eso y sabia que sus oponentes no se andarían con espadas de madera en este tablero.
Para ella era su vida por sobre el poder. Para ellos no era mas que un juego de tronos.